Columna de la semana

Gracias Pepe por todo

 

Por: Pedro Ángel Quintero Tirado
Correo: Pangelquinteroab@gmail.com
 
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Al “Pepe” José Mujica lo conocí en Buenos Aires en el 2015, por esos días se disponía a dictar una charla que abarrotó en gran número el escenario dispuesto, a tal forma que se decidió en el mismo momento trasladarlo a un coliseo contiguo para que la multitud pudiese escucharlo, sin embargo, para sorpresa de muchos no decidió dirigirse al nuevo e improvisado sitio con la parafernalia que vemos en Colombia de camionetas blindadas, ni de cientos de escoltas con los que comúnmente anda la "gente importante" para hacer alarde de su poder, no, el decidió caminar las calles porteñas para llegar al nuevo sitio.

Lo que sucedió en esa caminata fue digno de un “rock star”, trabajadores, taxistas, habitantes de calle, transeúntes, entre otros; vitoreaban y saludaban al gran Pepe, el, impasible y tranquilo saludo a todo mundo, y hasta tuvo la oportunidad de debatir con una señora poco amigable, o de aquellos que creen que todo se divide entre “castrochavistas” y ellos, la pureza ideológica. Por suerte, también tuve la oportunidad de irme caminando por esas calles junto a él compartiendo algunos temas, y prometiéndole que estaría pronto en Uruguay visitando su casa.

Esa promesa se cumplió en el siguiente año en Uruguay, un país de gente amable, que también tiene un pasado de sufrimiento como Colombia. Llegar a su casa fue tan fácil, como si se fuese a visitar cualquier finca campesina en Colombia, sorprendiendo la sencillez con que vive, su casa rústica junto con su gran esposa y compañera Lucía Topolansky, quienes con una amabilidad me concedieron unos momentos. Aún recuerdo las palabras que me dijo: "la paz de Colombia debe ser un imperativo latinoamericano".

Pero, más allá de esta anécdota, con el retiro político del Pepe se va un referente para muchos, incluyéndome, el cual logró demostrar que el poder no puede segarnos en su papel de construir una sociedad un poco más justa y diferente. Hoy con el liderazgo de José Mujica, y del ejemplar Frente Amplio del cual tenemos camino por aprender, y a pesar de no tener el poder nacional, sigue demostrando que es posible encontrarnos en la diferencia.

Y claro, también es un llamado a la clase política y empresarial colombiana, así como a muchos de nosotros para aprender a vivir en la diferencia, en la sobriedad, en la decencia, en el desapego de lo material, y pensado realmente en el otro. Pero lo más importante de su mensaje es que no podemos dejar de luchar por los ideales, por la paz de Colombia, por la justicia social. Gracias querido Pepe por tu ejemplo.

 

 

 

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