Columna de la semana

Licencia para matar en Colombia, igual no importa

Por: Pedro Ángel Quintero Tirado
Correo: Pangelquinteroab@gmail.com
 
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La noticia de estos días en Bucaramanga donde una ciudadana, en una acción espontanea, logró desafortunadamente matar a una persona, herir a varias con un cuchillo, para posteriormente intentar suicidarse y finalmente morir en un hospital de la ciudad, podría ser catalogada como un atentado terrorista al estilo ISIS de los que están ocurriendo en Europa o cualquier parte del mundo. Y a pesar de que este lamentable hecho no ha trascendido en la opinión pública como debería ser, si amerita una reflexión profunda de lo que colectivamente está viviendo Colombia.

Lo anterior es consecuencia de que una parte de la sociedad se individualiza cada vez más, se adormece ante la corrupción, se vuelve apática a los procesos sociales y electorales, convive con la injusticia social y es poco proclive a buscar soluciones colectivas en medio de la diversidad de pensamientos, conllevando a un aumento de la exclusión social, y al establecimiento de una racionalidad que se quiere imponer en todas las esferas de la sociedad con el “sálvese quien pueda”.

Esto debería llamar la atención, sobre todo en estos tiempos donde nuevamente los presidentes de Venezuela y Colombia, debido a su baja popularidad y paupérrimas gestiones, siguen jugando a la guerra torpedeando, además, toda iniciativa de paz y enfrentando de nuevo a colombianos entre sí con tal de obtener un pedazo de capital electoral que les permita no extinguirse, sin importar la muerte y angustia que causan en el pueblo colombiano.

Ante esta ignominia y este panorama de desesperanza debemos manifestarnos como ciudadanos que le apostamos a la paz. Se requiere de un coletazo de gran parte de la sociedad que seguimos apostando a no más guerra para combatir la violencia, y menos a un odio fabricado e irresponsable, sino de acciones contundentes que reconstruyan el tejido social y rechacen la exclusión social, la corrupción, la violencia.

La Tragedia de Bucaramanga, que es una de muchas, también nos debe recordar que en estas elecciones locales que se aproximan está en juego construir paz desde lo local, volver a colectivizar la sociedad, combatir la corrupción, buscar la inclusión social y el entendimiento de los colombianos. Con esto hay que ser enérgicos y no tener contemplaciones, necesitamos una sociedad que vuelva creer que somos un colectivo solidario donde lo que le suceda al otro puede sucedernos a nosotros mismos.

 

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