La pandemia decretada por la OMS ha estremecido al mundo entero, cuestión que es más que necesaria por la gravedad del asunto, y la cual veía venirse desde el lunes con la estrepitosa caída de las principales bolsas financieras del mundo, el aumento del dólar que ha llegado por encima de los $4000, y la mayor caída del precio petróleo desde 1991, este último base de una precaria economía nacional colombiana.

Solo imaginemos los impactos que podrá tener esto en todos los reglones económicos, hablamos de producción, empleo, consumo, comercialización, entre otros, donde ciudades pequeñas como Bucaramanga y su área metropolitana, de no tomar las medidas correctas, se verán afectadas. Lo estamos viendo con la paralización económica a nivel mundial, la cual inicialmente no tendrá efectos palpables por vía aprovisionamiento de víveres para posibles cuarentenas, panorama que cambiará con el pasar de los días cuando se prolongue aún más el cierre de fronteras, el encarecimiento de insumos importados, las restricciones fitosanitarias, entre otros.

Esto también significa que al ciudadano de a pie también le afectara al encarecer el costo de vida, de hecho, con el aumento significativo del dólar el salario real ha disminuido, además de las complicaciones emocionales que conlleva esta situación, lo cual exige que se deban tomar medidas urgentes por parte de los encargados de la política economía en cada región, con el fin de aliviar en cierta parte todos los traumatismos que apenas están por comenzar a causa de esta pandemia.

Paradójicamente también será la oportunidad para comenzar a promover la producción y el consumo local, ya que, con un dólar caro y escaso, así como la desconfianza en todo lo que provenga del exterior, los productos locales serán apetecidos y podría generarse cadenas de producción locales, como por ejemplo en los sectores periurbanos de la ciudad con la producción de alimentos, y las manufacturas que no dependan de los insumos internacionales, sino locales y nacionales.

Así mismo, será necesario que en Bucaramanga y todas las ciudades de Colombia se comience a revalorizar las economías locales, a cuidar los productores y consumidores Conscientes por medio del llamado “Precio justo”, a estimular los sellos locales que den una producción limpia, ecológica y sostenible, y al establecimiento y generación de circuitos socioeconómicos por toda la ciudad estimulando las compras de lo local, complementado esto, además, con medidas tributarias y de fomento para pequeñas y medianas Pymes, empresas y cooperativas productoras que alivien su situación financiera. La tragedia y el impacto económico por el Coronavirus apenas esta comenzado, debemos estar alertas.

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