Columna de la semana

Reactivar la economía en Colombia si es posible

Por: Pedro Ángel Quintero Tirado
Correo: Pangelquinteroab@gmail.com
 
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Abril acaba de mostrar la gravedad de lo que se viene en materia social y económica para Colombia , ya que indicadores como el de confianza al consumidor está en su punto más bajo desde el 2001, según Fedesarrollo. Así mismo, ANDEMOS (asociación Nacional de Movilidad Sostenible) publicó que la venta de carros en todo el país fue de tan solo 217 frente a los 20.000 que se vendían mensualmente, solo por citar otro ejemplo, evidenciando la temida recesión económica como efecto de la pandemia, acentuando el pesimismo e incertidumbre en los colombianos, lo cual traerá un fuerte deterioro en la calidad de vida, tanto de población vulnerable y pobre, como también en la llamada clase media.

Esto ha llevado a que los gremios económicos, y parte de las empresas afectadas, tengan en cuenta el panorama venidero en sus proyecciones, como por ejemplo el sector de la confección, donde el portal de análisis económico sectorial.co publicó que cerca del 30% de sus unidades productivas no volverán a abrir una vez termine la pandemia. A todas luces, un indicador que muestra la gravedad del asunto y su impacto en temas como el empleo y la producción.

Al respecto, al analizar la respuesta actual del gobierno nacional se puede deducir que sus medidas ha sido las menos indicadas, su inclinación por el sector bancario nos ha mostrado que desde la lógica del sector financiero solo se favorece la especulación, y no la producción, ya que son miles de pequeños y medianos empresarios, responsables de la mayor parte de empleo y la producción en Colombia, quienes piden a gritos una verdadera ayuda y no obtienen respuesta. Ni que decir de la economía popular, mal denominada informalidad en Colombia, la cual da el sustento a más del 50% de los colombianos y está en mayor riesgo.

Ante la gravedad y las consecuencias que generara esta situación por cuenta de la pandemia, y del modelo desigual que ya venía andando en Colombia, también se requiere pensar alternativas y medidas que impacten realmente los territorios y las regiones, y que contengan en cierta parte los posibles efectos de esta nueva recesión económica. Requiriéndose de un rol activo del estado colombiano, el cual debe abandonar la estratificación y focalización de recursos, y potenciar la organización real de toda la sociedad desde sus mismos territorios: barrios, comunas, veredas, etc.; con el fin de hacer frente a esta crisis.

Algunas medidas rápidas y reales pueden ir desde potenciar el mercado interno generando mecanismos de apoyo a la producción y el consumo local, especialmente dirigidos los pequeños y medianos empresarios; la implementación de programas masivos de empleo y transferencias monetarias mediante la promoción de obras de bajo impacto en los mismos territorios; el establecimiento de redes locales de solidaridad y acción socioeconómica que mitiguen el hambre; el desarrollo de la economía social y solidaria que integre nuevos procesos desde lo local; el paso a modelos agroecológicos y el uso de tecnologías limpias, hasta la promoción y articulación de procesos de innovación social mediante el involucramiento real de las universidades con lo local y el sector productivo, son solo algunos elementos.

Sin embargo, más allá de esto, queda claro que el actual modelo le será difícil sostenerse, ha llegado la hora de establecer un nuevo pacto social y económico mediante el establecimiento de un estado de bienestar en Colombia, esto es lo que realmente reactivara no solo la economía, sino la sociedad misma.

Posdata: La iniciativa de www.tucuentacuenta.com establecida en Bucaramanga para monitorear los precios y el controlar la especulación, es una buena sinergia entre gobiernos y ciudadanías. Es necesario a partir de ahora co-construir conjuntamente la política social y económica.

 

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