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El fin de semana pasado, como parte del "diálogo social" que viene haciendo el gobierno nacional en respuesta a las contundentes protestas ciudadanas se han dado en todo el país, se desarrolló un panel para escuchar el clamor de miles de santandereanos que piden la protección del páramo de Santurbán y el rechazo unánime a la multinacional Minesa, en una heroica lucha que sigue siendo ejemplo de dignidad y organización en toda Colombia.
En este encuentro quedo evidenciado que existen diferencias sustanciales entre aquellos que creen que el desarrollo económico, o más bien la voracidad y la avaricia por unos pocos pesos, debe estar por encima de la vida misma; versus, aquellos que nos oponemos a esta visión, buscando alternativas y soluciones para que todas y todos los santandereanos podamos vivir en armonía y en concordancia con nuestros territorios, llevándonos a rechazar el llamado “desarrollismo” a costa de cualquier cosa.
Es por ello mismo, que como parte de esto se requiere transformar las realidades existentes dentro de Bucaramanga y sus municipios aledaños, con nuevos paradigmas de gobernanza y construcción colectiva pensando nuestros espacios como ecosistemas. Los cuales deben superar lo que Arturo Escobar ha señalado como “desarrollismo”, para dar paso a una realidad en la cual exista un equilibrio para todas y todos, mediante políticas públicas en las que se pueda encontrar desde el reconocimiento de los derechos de la naturaleza, la incorporación de los derechos de la mujer, las estrategias contra el calentamiento global, el uso de energías renovables, la movilidad sostenible, la economía social y solidaria, los mercados agroecológicos, hasta la protección del agua, entre otros; lo cual se enmarca dentro del llamado “postdesarrollismo”.
Entender esto es importante, ya que la lucha por el páramo de Santurbán se da precisamente contra un desarrollo a cualquier precio, así mismo, los ciudadanos deben entender que esta lucha debe extenderse a los territorios que habitamos incorporando, además de lo anteriormente mencionado, otras sensibilidades que nos permitan relacionarnos y encontrarnos desde nuevas perspectivas; en este sentido la propuesta de un nueva racionalidad basada en el denominado “Buen Vivir”, eje de algunos de nuestros antepasados indígenas, puede ayudar a aportar en estos propósitos desde un mundo moderno.
El reto estará en que no seamos una sociedad de solo utopías, donde la lucha contra la explotación del Páramo de Santurbán ha demostrado que podemos colectivamente soñar y construir, pero que también requerimos desde la gobernanza, y desde nuestras acciones diarias y colectivas incorporar nuevos paradigmas y estrategias que estén en sintonía con estas luchas, las cuales defiendan la vida misma y generen verdadero bienestar para todas y todos.
Posdata: continúan los asesinatos a líderes y lideresas sociales en Colombia, una estela repugnante de muerte sistemática sigue asentándose en nuestro país. Nuestro repudio debe ser unánime a estos violentos, pero también la exigencia al estado para que actué, la muerte no puede seguir siendo un espectáculo normal como muchos nos quieren hacer creer.
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