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Las imágenes de una niña llamada Greta Thunberg realizando el reclamo a los líderes mundiales por su negligencia ante el cambio climático, dio la vuelta al mundo por su enérgica protesta, y puso también a hablar a cientos de personas sobre este activismo el cual viene siendo negado por el mismo Trump o Bolsonaro, quienes al igual que en Colombia, solo ven en esto una amenaza para el crecimiento económico de sus países.
Sin embargo, no queda duda que los científicos del mundo están a favor de este activismo, donde sus estudios son concluyentes sobre la aceleración de la destrucción del planeta, ya que, por primera vez en la historia de la humanidad, somos nosotros mismos los que hemos puesto en riesgo la supervivencia de la especie humana y de todos los ecosistemas, bajo un antropocentrismo cada vez más consolidado (creernos el centro del mundo).
Esto también nos hace reflexionar sobre la realidad actual, donde lo económico está puesto sobre lo ecológico debiendo ser lo contrario, ya que si no hay vida tampoco habrá ninguna economía que resista ni pueda beneficiarnos, y más aún cuando la ambición desmedida de nuestras sociedades en cabeza de sus gobiernos, y del sistema económico consumista y desarrollista que es hegemónico, nos está pasando una factura con consecuencias que ya las conocemos.
Lo estamos viendo en Santander, donde hoy corremos un gran peligro con el posible licenciamiento del estado a la megaminería, y en especialmente en el Páramo de Santurbán, dejándose llevar por la avaricia y el deseo de obtener pírricos recursos y sostener un crecimiento económico que solo beneficia a unos pocos. Hoy este departamento con el nombramiento del Ministro Carrasquilla puede entrar en este riesgo que ha mencionado Gretta, donde será indispensable el activismo de los santandereanos y bumangueses, así como el heroico papel del Comité para la Defensa del Páramo de Santurban, quienes hasta ahora han podido frenar en cierta medida esta amenaza.
No queda nada más que la movilización y el estado de alerta de todos los que pensamos que sin conciencia ecológica y medioambiental, no hay economía que valga. Seguir los pasos de Gretta y ejercer un rol protagónico que pueda mostrar a Colombia y al mundo otra mirada es necesario, y entender que somos un ecosistema que se debate entre la vida y la muerte, donde la defensa del Páramo de Santurban es la defensa de la vida, de nuestro futuro. ¡A estar alertas!!
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