Columna de la semana

Colombia país de indios

Por: Pedro Ángel Quintero Tirado
Correo: Pangelquinteroab@gmail.com
 
              
 

A pesar de los intentos de satanización ya característicos para todo grupo que reclame los derechos en Colombia, que puede ir desde la ridiculización – “ese tal paro no existe”- hasta el señalamiento de ser terroristas, la Minga indígena sigue más fuerte que nunca exigiendo y defendiendo una agenda social, política y económica construida desde hace más de 50 años en el Cauca, a la cual cada vez se suman más organizaciones de pueblos originarios de diferentes partes del país.

Según el DANE la población de pueblos originarios está en cerca de 1.500.000 personas, lo cual representa más de un 3% de la población total, sin embargo si se analizara detenidamente el marcado mestizaje colombiano encontraríamos que cerca del 50% del total tiene raíces indígenas, llevando a deducir que los actuales reclamos de nuestros antepasados si tienen que ver con nuestra historia, y por ello debería importarnos.

Esta importancia no solo radica en el apoyo moral que podemos darle a la institución de la Minga, de la cual las regiones deberían aprender para hacer valer su derechos cada vez que el gobierno central hace lo que quiere como en el nuevo Plan Nacional de Desarrollo, sino además en retomar otras formas de hacer las cosas en nuestras sociedades “modernas” y resolver los problemas que nos afectan como sociedad, la cual se individualiza cada vez más y es menos solidaria, donde las recetas de nuestros gobernantes y de los llamados “expertos” no concuerdan con las expectativas que se generan.

Estas cosmovisiones e instituciones milenarias que permiten otros modos de vida, como el Buen Vivir o Sumak Kawsay, fueron perfeccionadas por nuestros pueblos originarios siendo tecnologías sociales que van en concordancia con un equilibrio natural, social y económico, lo cual no existe en nuestras ciudades y territorios habitados por la población “desarrollada”.

Por ello si Colombia deja de estar hablando de desarrollo como una especie de etapas a superar al estilo Rostow, y pone la mirada en el aporte de las culturas indígenas comprenderíamos que nuestra multiculturalidad nos ayudaría a superar la llamada “polarización”, en una mejor sociedad en la cual no existiría una única forma de resolver nuestros problemas, sino múltiples opciones.

El desafío está en tener una mirada que nos permita ver más allá de lo simple que somos incorporando otros tipos de pensamientos y formas de vida; mientras tanto la Minga indígena sigue siendo ejemplo de lucha y resistencia, en un país donde exigir derechos se ha vuelto un verdadero peligro.

 

 

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