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Antonio Negri escribió el maravilloso texto llamado “Multitud” haciendo hincapié en una nueva clase global emergente que aparece en la defensa de causas justas, y que tienen un poder tan fuerte, que difícilmente puede ser interpretados a la luz de lo común, siendo conscientes de las crisis de las instituciones y sus representantes en la vida actual.
Esto es precisamente lo que pasa en Colombia donde sus instituciones y representantes han jugado un papel acomodado en ocasiones contra de la vida. Por ello una de las principales lecturas dada el viernes 10 de mayo en la ciudad de Bucaramanga, con la contundente marcha por el agua y contra la explotación del Páramo de Santurban que pretende la corrupta Minesa (ver videos de como pretendía dividir a la población), es que se ha fortalecido un sujeto político común que configura una multitud no solo local, sino además nacional hacia la defensa de la vida y la naturaleza como causa central.
Lo anterior se desprende de la impecable solidaridad y unión de todas las clases sociales, económicas, y políticas de la ciudad de Bucaramanga y del departamento de Santander vista en la marcha; ya que no fue extraño ver iglesias, partidos de derecha, centro, izquierda, juntas de acción comunal, sector privado, público y popular, sindicatos, etc.; en una histórica movilización de cerca de 70.000 personas en torno a la defensa del agua y de la vida representando a la gran mayoría de la población, en un momento donde en Colombia la llamada “polarización” es llevada a su máximo nivel con tal de garantizar réditos electorales, y más aún en una región donde en elecciones fue ganador el actual presidente.
Este sujeto que es en defensa del agua y por tanto la vida, puede marcarle el camino a Colombia para construir una política que no esté basada en las utopías de “mercado total”, o del llamado “comunismo y socialismo”, ambos vendidos en nuestra historia como salvadores de la humanidad y cada vez más fracasados; categorías que de por sí fueron construidas bajo un pensamiento europeo y no autóctono, donde el hombre sigue siendo desafortunadamente el eje central de la tierra, conllevando a su destrucción.
El mensaje es claro e invita a las ciudadanías y gobernantes a romper con las dicotomías dualistas de querer encasillar todo como de derecha/izquierda, a ser protagonistas en la consecución de otra sociedad donde cabemos todas y todos, rechazando cualquier comportamiento que atente contra la vida, y contra el agua, como también la exclusión del otro, y esto en medio de la diferencia lo cual no es menor
Santander Y Bucaramanga han colocado en la agenda con la impecable organización del Comité para la Defensa del Páramo junto con su ciudadanía, un mensaje de rechazo al centralismo, a Minesa y a los “expertos” de la política social y económica por su actuar. Así mismo ha dado un mensaje que evoca la tierra de los comuneros con su empuje, trabajo y abnegación ante las injusticias, donde los espejitos con los que engañaron a nuestros antepasados están lejos de establecerse como quieren pretender.
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