Columna Social y Solidaria de la semana

Economía social, solidaria y popular: la verdadera alternativa contra el coronavirus

Por: Pedro Ángel Quintero Tirado
Correo: Pangelquinteroab@gmail.com
 
  Share on Twitter   

Con la actual crisis del coronavirus en el mundo, nos comenzamos a preguntar: ¿qué pasará en el futuro inmediato? ¿el sistema económico seguirá siendo el mismo? ¿tendremos ingresos para paliar la grave crisis social y económica que se avecina? La respuesta es más que catastrófica, ya que el mismo modelo económico actual no da a pie a cuestiones tan esenciales como la solidaridad, el bien común, la empatía y la real democracia productiva al estar centrado solo en los márgenes de ganancia financiera.

Es así, que muchos esperan que finalice esta etapa del coronavirus para seguir ejerciendo sus actividades sociales y económicas como si nada hubiese pasado, intentando verlo como un suceso fortuito y pasajero, y no como un llamado a construir otro tipo de sociedad donde surja lo social, lo solidario, lo popular, lo humanista, con la construcción permanente de una sociedad que se base en el conocimiento y la democracia, pero colectivamente.

En este sentido debemos entender y proponer nuevas alternativas, la cuales ya están. Una de ellas es que todos conozcan y hagan parte activa de la economía social, solidaria y popular desde sus mismos territorios como barrios, comunas, etc. Esto es importante por aquí hay una ética de la vida, con principios, valores y una real democracia, la cual no está basada solamente en pensar la tasa de ganancias, sino en la convivencia colectiva y la solución de los problemas para todos, no dando espacio al individualismo que se vive actualmente.

Es por ello que todos los gobiernos, así como cada uno de nosotros, debemos propender por hacer parte de este tipo de economía, perteneciendo e impulsado las asociaciones, cooperativas, mutuales, etc.; de forma activa y consciente apoyando a los productores locales, donde la producción, distribución, comercialización y consumo debe comenzar a democratizarse realmente, lo cual es posible desde las organizaciones solidarias. Este el momento para entender que la economía social, solidaria y popular, puede ayudarnos a construir un nuevo mundo que todos necesitamos y pedimos.

Finalmente, es necesario por estos tiempos traer a colación un pasaje del texto bíblico que rige a los cristianos en el mundo, el cual podría aplicarse por estos días a todas las economías del mundo al afirmar lo siguiente: “Cada siete años perdonarás las deudas. Lo harás del siguiente modo: cuando se proclame el perdón de las deudas en honor del señor, todo el que haya hecho un préstamo a su prójimo o a su hermano, le perdonará la deuda y no se la reclamará más. Podrás reclamar el pago de la deuda al forastero, pero perdonarás la deuda que tengas contraída con tu hermano”. Este sí que sería un gesto que iría en vía de lo que se requiere actualmente: solidaridad, empatía y acción.

 

 

OTRAS COLUMNAS