Las cifras reveladas y proyectadas por la Cepal para América Latina son simplemente terroríficas, cerca de 2.78 millones de empresas cerrarán sus puertas, en especial las microempresas que son las que realmente sostienen las economías de nuestro continente. En Colombia los pequeños emprendimientos componen casi el 90% del tejido económico local, por ello el impacto traerá una gran crisis social y económica, que como hemos venido diciendo, apenas esta comenzado.
Lo anterior también tendrá un fuerte impacto en los empleos, ya que la misma Cepal estima que se perderán cerca de 8.5 millones de empleos con el cierre de numerosos establecimientos productivos y comerciales, cuestión que ya se viene evidenciando con el desmedido aumento de todos los indicadores de desempleo en los países latinoamericanos. En Colombia ya se superó el 20%, pero expertos afirman que este se encuentra realmente sobre el 30%.
La crisis sin precedentes en nuestras precarias economías
latinoamericanas
traerá sufrimiento y dolor para gran parte de la población, lo cual amerita una verdadera organización social que debe ser promovida desde los actores actuales de la economía social y solidaria. Esto precisamente en el mes que se celebra el día de las cooperativas, las cuales hoy más que nunca tienen la responsabilidad histórica de insertarse en los territorios y potenciar la asociatividad buscando soluciones colectivas, ante la incapacidad de las estructuras sociales y políticas vigentes en contener los graves efectos causados por la pandemia.
En el mes de las cooperativas debemos tener presente el legado que nos dieron en 1844, los Pioneros de Rochdale, quienes fundaron el movimiento cooperativo moderno en medio de las desigualdades más grandes del capitalismo industrial de aquella época, el cual generaba explotación y muerte en centenares de trabajadores. Así mismo, también es importante las enseñanzas dadas por compañeros y compañeras que siguen potenciando la autogestión de los trabajadores en medio de la crisis, un ejemplo de ello es el movimiento de empresas recuperadas en el mundo y Argentina, quienes actualmente hacen parte activa en la generación de políticas públicas para la economía social y solidaria.
Desde los mismos micro territorios en Colombia, los cuales tienen ricos procesos económicos y sociales a través de las redes de proximidad ya establecidas, se pueden generar alternativas reales ante esta grave crisis que se asienta. Las organizaciones de la economía social y solidaria deben volcarse al fomento y la creación de nuevas cooperativas barriales que integren lo social y lo productivo, así mismo, al acompañamiento y conversión de empresas cerradas en nuevas unidades solidarias, y también desde allí hacer la exigencia de apoyo a los gobiernos hacia estos procesos de autogestión hechos por sus mismos habitantes. Si es posible contener estas escabrosas cifras y comenzar a generar nuevas dinámicas, donde la producción y el consumo, junto con la generación de empleo generen nuevas sociabilidades. En esta terrible crisis sigamos el ejemplo de los pioneros de Rochdale. Feliz mes de las cooperativas.
|