El 6 de julio se celebró en todo el mundo el día internacional del cooperativismo, siendo una fecha importante para la humanidad donde se propuso una verdadera sociedad democrática en medio de la explotación y la avaricia humana, es decir la génesis de las cooperativas se dio en pleno proceso de la revolución industrial, cuando la deshumanización se hacía más evidente en nombre del progreso social y económico.
Autores como Robert Owen, Charles Fourier, Proudhon, entre otros; hicieron valiosos aportes para construir una nueva sociedad basada en el reconocimiento del otro, y donde además se tuviera como premisa garantizar la vida digna de todas y todos bajo los principios de empatía, democracia y solidaridad, los cuales hoy tanto escasean en Colombia.
Por ello sería el momento ideal para que la sociedad colombiana, la cual atraviesa profundas desigualdades e inequidades con el riesgo de no podernos encontrarse como sociedad, debiese retomar los postulados de estos autores y del cooperativismo en todas sus dimensiones posibles, desde lo social, político, educativo, entre otras; que permita dar una nueva subjetividad a los colombianos para pensar y actuar hacia una era de paz solidaria.
Pensar y hacer una sociedad cooperativa no es solo estar de acuerdo en todo, sino ser capaces de resolver nuestras diferencias y construir otro país basados en valores como lo la solidaridad y la empatía; permitiéndonos mirar otro tipo de soluciones para los diferentes problemas que atraviesa Colombia, y de los cual los llamados “expertos” no ha sido capaces de dar verdaderas luces y soluciones.
Sin embargo, para ello se requiere tanto de políticas del estado colombiano que reconozca en el cooperativismo, y en todas las formas solidarias, su infinita capacidad de organizar territorios y reducir la desigualdad de una forma sostenible, entendiendo que somos parte de un ecosistema donde todas y todos merecemos vivir dignamente, este podría ser el mejor homenaje a aquellos pensadores que realmente plantearon una sociedad diferente.
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