Dos tragedias acaban de enlutar a Colombia, por un lado, la muerte dada a los tres ladrones en un intento de atraco a un médico quien afirma haber actuado en legítima defensa, paradójicamente el encargado de salvar vidas; y, por otra parte, los feminicidios realizados en la ciudad de Bucaramanga a mano de un hombre, lo cual ha causado un gran rechazo e indignación en esta ciudad. En total, en ambos casos acabaron con la vida de 5 personas, lo cual debería escandalizar a cualquier sociedad que quiera sostenerse a futuro. Cabría comenzar a preguntarnos por qué la sociedad colombiana pareciera serle común este tipo de hechos, y en algunos casos buscara posibles causas para justificar la muerte, ¿no debe ser acaso la muerte de tipo natural la única razón válida? Pero más allá de esto, se tendría que explorar otras causas que están generando este tipo de subjetividad poco empática, solidaria y contestaría ante este tipo de lamentables hechos.
Una de las pistas podría estar en el modelo de sociedad que estamos construyendo en Colombia, donde el individualismo se ha asentado en detrimento de lo colectivo en todas las esferas, incluyendo la económica que también está conectada a lo social, como lo afirmaba Polanyi y Mauss, impidiéndonos ver los terribles efectos de implantar este tipo de pensamiento, el cual es el llamado neoliberalismo con la típica fábula que la suma de lo individual es la construcción de lo colectivo.
Estas construcciones sociales y económicas están permeando la cotidianidad de la sociedad colombiana, con el peligro de hacerla cada día más indiferente, basada solamente en la búsqueda personal del lucro por encima de las necesidades sociales y colectivas de todas y todos, es decir, fabricando una cultura de la muerte e insolidaridad, lo cual a futuro pondrá en riesgo nuestra existencia misma.
Se requiere parar esto y comenzar a pensar en la construcción de una sociedad colectiva en todas sus esferas, incluyendo la económica, y esto significa repensar el modelo económico vigente que está reproduciendo este tipo de sociedad individualizada. La economía social y solidaria puede ayudarnos en este sentido a cambiar el panorama, ya que está basada en una ética de la reproducción ampliada de la vida, buscando que todos seamos parte de un colectivo, y rechazando cualquier comportamiento que atente contra la vida misma; la implementación de ella en Colombia es más que necesaria para comenzar a cambiar este oscuro panorama que actualmente estamos viviendo.
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