La época de cuarentena en Colombia sigue avanzando con la esperanza de controlar el Covid-19, lo cual no sabemos si se lograra o no, y más aún, teniendo diariamente las terribles imágenes que nos llegan alrededor del mundo, donde la cantidad de enfermos y muertes hace temer lo peor para Colombia, un país que no estaba preparado desde su sistema social y político para afrontar retos que requieren del compromiso de todo el colectivo.
Esto nos ha hecho replantear las concepciones que teníamos sobre la sociedad, y le ha dado hoy más que nunca legitimidad a la propuesta de otra economía fuera del llamado capitalismo, socialismo o comunismo; por una economía del bien común, con otra ética que tenga en cuenta la vida misma como imperativo, pero que, además, también incorpore los derechos de la naturaleza y los animales.
Desde este replanteamiento debemos comenzar desde lo básico, por ejemplo, el rechazo al abandono que actualmente son sometidos cientos de animales de compañía en las principales ciudades del Colombia; donde debido a factores sociales y la insolidaridad, sumado a la falta de políticas públicas y medidas contundentes por parte de los gobiernos, se genera una tragedia de abandono y desprecio contra ellos.
Una sociedad que comienza a entender la necesidad de volvernos colectivizarnos nuevamente, y de vernos de otra forma, también debe comenzar por nuestros animales pensándolos como sujetos de derechos. Replantear una sociedad basada en la solidaridad, debe incluirlos a ellos, y a toda vida como básica e imprescindible, este debe ser el nuevo punto de partida de una nueva sociedad.
Corresponde también a todas y todos los que apostamos por otra economía que esto sea posible, en especial a las organizaciones de la economía social y solidaria, e impulsar desde sus espacios acciones que protejan y apoyen al ser humano y los animales, son tiempos de comenzar a deconstruirnos como sociedad.
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