Las contundentes imágenes de rechazo del pueblo santandereano al gobierno nacional, y a la multinacional Minesa, por tratar de imponer en la opinión publica la imperiosa necesidad la explotación del Páramo de Santurbán, es algo ejemplar en toda Colombia. Esto a pesar de los millones de dólares invertidos en hacer ver las supuestas “bondades” de este atentado social y ecológico, mostrando, además, la gran conciencia social y colectiva de la mayor parte de los colombianos y su rechazo a la megaminería. Lo anterior nos debe comenzar a hacer replantear el tipo de sociedad que estamos construyendo, si por una parte queremos seguir en la famosa senda “desarrollista” que tanto han pregonado los “expertos”, y la cual solo ve los recursos naturales como un medio para mantener el ya precario y obsoleto indicador de crecimiento económico; o si migramos a una nueva sociedad que tenga otros paradigmas como base, en la cual este un verdadero desarrollo armónico de toda vida, incluyendo la especie humana, la naturaleza y los animales como sujetos de derechos. Al respecto, la economía social y solidaria hace parte de estos nuevos paradigmas que se requieren, ya esta se basa en una ética, pero no cualquiera, sino en la reproducción ampliada de la vida misma para todas y todos, y desde esta perspectiva los derechos de la naturaleza y los animales también son parte de la propuesta misma. Es por ello que las organizaciones solidarias como cooperativas mutuales, asociaciones, fondos de empleados, emprendimientos de la economía popular organizada, entre otros; deben tener como premisa estas reivindicaciones. Así mismo son las organizaciones de la economía social y solidaria, las llamadas a construir una nueva visión de la humanidad, más justa, más ecológica, más igualitaria, la cual permita atenuar los efectos catastróficos que ha traído la pandemia en cuanto al desempleo, pobreza, hambre, etc.; y a la vez mostrar otro tipo de desarrollos desde lo local para todas y todos, los cuales estén en función de una nueva sociabilidad. Con la actual crisis las multinacionales intentarán aprovecharse de todo lo que puedan, y de paso seguir dejando miseria y pobreza. Hoy lo imperativo es entender que debemos incorporar la nuevas reivindicaciones, como son los derechos de la naturaleza y los animales, manifestándonos contra todo lo que atente sobre ellas, pero además, que debemos desde la economía social y solidaria asumir un papel de liderazgo en lo local desde ya mismo, que permita construir otra economía y el fortalecimiento del tejido social y la conciencia misma. |