Columna Social y Solidaria de la semana

Renta básica y solidaridad urgente para amortiguar el coronavirus en Colombia

 

Por: Pedro Ángel Quintero Tirado
Correo: Pangelquinteroab@gmail.com
 
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Por estos días un buen artículo publicado en el diario El Espectador, señalo que las medidas Keynesianas, las cuales están basadas en medidas fiscales y monetarias en las que se tienen la esperanza de reactivar las alicaídas económicas mundiales, no tendrían el impacto esperado debido a las serias restricciones de movilidad y confinamiento que causa el coronavirus. .

Esto es previsible ante un enemigo que es invisible, el cual aumenta el pánico y la incertidumbre en todos los colombianos ante el temor de ser contagiados, o de pertenecer a las escabrosas cifras de infectados y muertos en el mundo. Además de esto, la individualización de la sociedad colombiana agrava este temor al no entender que ante la pandemia se requieren de estrategias colectivas, que ponen a prueba el concepto de nación y sociedad.

Por ello, ante la imposibilidad de tomar medidas contundentes para la reactivación de la economía colombiana, y contener la bomba social que ha causado el actual modelo colombiano y acelerado la pandemia, se requiere de empatía y solidaridad en todas las medidas que adopten los gobiernos que intentan amortiguar esta tragedia, ya que solo con la certeza del control de la propagación del coronavirus se traerá medianamente una certidumbre, lo cual no se ve en el corto plazo.

Desde esta perspectiva Colombia no da espera al establecimiento de la renta básica para cerca de 20 millones de colombianos que viven del día a día, entre ellos encontramos la población vulnerable, trabajadores independientes, artistas, profesionales, desempleados, cesantes, entre otros. Esta transferencia deber ser monetaria, y debe optimizarse mediante estrategias colectivas como la de fondos comunes, la cual consiste en compras comunitarias de víveres para su posterior distribución con precios especiales; así como la conformación y sostenimiento de redes de solidaridad local y barrial donde esten todos los sujetos sociales del territorio, con lo cual se pueda realmente garantizar la reproducción de la vida de todas y todos.

Desde la economía social y solidaria se puede aportar en la construcción de estos mecanismos, ya que al estar basada en los territorios y la proximidad que generan las unidades domésticas, se podrá transferir toda la experiencia para que todo lo que se haga tenga escala. Toda medida que se tome por ahora no va a tener grandes impactos mientras no se supere esta primera etapa de incertidumbre, siendo la prioridad ante este enemigo invisible apoyar las medidas de comportamiento social y garantizar la seguridad alimentaria y social, así como tener un sistema de salud pública medianamente adecuado para todos los colombianos. No se puede seguir postergando el tema de renta básica y las estrategias colectivas reales para todos, ya que se requiere el esfuerzo de pensarnos colectivamente en su máximo nivel.

 

 

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